lunes, 29 de julio de 2013

Acogedor



Era de tarde y el sol se apagaba cada vez más con cada segundo que pasaba, no por la llegada de la noche, sino por una tormenta que eclipsaría cualquier estrella en el cielo, y ahí estaba ella, mirando por su ventana, admirando  aquel gris y maléfico cielo nublado, mientras lo miraba enfocaba más sus ojos y movía la cabeza a cada lado de la ventana como si buscase algo afuera, y mientras  pasaba cada momento miraba el reloj una y otra vez como si tratase de detener el tiempo con tal de no salir a su debido compromiso.

Al verse unos cuantos destellos azules en el reino nuboso que se formaba en la distancia, decidió no postergar más lo que debía hacer, y levantándose y tomando sus zapatos y su bolso salió sin despreocupación alguna  y mientras bajaba aquellas estrechas escaleras solo pensaba en lo acogedor que se siente todo alrededor cuando llega una tormenta o  solo se acerca en este caso.
Al salir a la calle noto que sus pensamientos se hacían reales, cada esquina, edificio, e incluso algunas personas daban esa sensación acogedora ante aquel silencio gris que traía la tormenta, y luego de avanzar unas cuantas calles se detuvo en frente de una tienda a ver unos Grandes y extravagantes abrigos que llamaron su atención, no los compraría ya que no eran realmente su estilo pero aun así gustaban de apreciar, hasta que girando la cabeza a su alrededor por un primer momento todo el ‘’acogimiento’’ de la pre-tormenta se desvaneció en un instante.

Al girar la cabeza se encontró al otro lado de la calle con la mirada más fría y calculadora que hubiese visto en su vida, aquel hombre de ojos negros y profundos, con barba gruesa y bien peinada y aquel cabello que era indiferente al viento. La miraba a los ojos como si esperase encontrar alguna respuesta en ellos, y no eran solo sus ojos, también los gestos de su rostro y todo lo que comunicaba con ellos. Ella se sintió un poco intimidada, por lo cual irguió el pecho un poco intentando imponerse y detener la mirada del sujeto, pero este solo respondió con una mirada completa al cuerpo de la chica mientras se lamia los labios como si pudiese saborear algo desde allí siguiendo con una sonrisa para mirarla nuevamente a los ojos con una mirada más imponente aun.

Ella no sabía porque pero había algo tenebroso y amenazador en aquel sujeto, algo que la absorbía con cada segundo que permanecía hay parada como escultura de exhibición para él y fue ahí cuando entonces callo toda el agua de los cielos de un solo golpe, pero incluso notando que todo mundo comenzó a correr noto que aquella mirada seguía fija e inmutable. 

Para momentos después levantarse y caminar hacia ella como para poseerla, al ver esto ella se sentido en peligro y al intentar huir desesperadamente rebotó de repente con alguien más y percatándose de que no tenía más su bolso consigo giro desesperadamente  para localizarlo y al percatarse de que estaba a unos cuantos pasos de ella y manos de su perseguidor que se agacho a tomarlo del suelo, no tuvo otra reacción más que comenzar a correr de regreso a su casa para poder ocultarse. No sabía porque pero algo en la mirada de aquel sujeto la aterraba, incluso con el hecho de la existencia de  gente a su alrededor, no quiso, no se sintió con la valentía o la fuerza de hacer algo al respecto, sabía que si permanecía hay seria poseída por aquel sujeto de mirada profunda, barba y aquel largo y negro abrigo.

Corrió, corrió y corrió, pero mientras más lo hacía parecía ser cada vez más largo el camino e incluso más aun por la lluvia, aquel trayecto que anteriormente le tomo minutos caminando le parecían horas corriendo bajo la lluvia, chocaba y movía a todo mundo en su camino de tal manera que parecía ella la demente. 

Al llegar ya a la esquina que rodeaba su casa miro desde el borde para ver si podía ubicar a su cazador y ver si este logro localizar su seguro escondite y al ver aquel indudable abrigo negro bajo la lluvia y a la distancia ir por una calle equivocada se sintió un tanto aliviada, hasta que al mirar bien diferencio la barba y aquellos ojos, aquellos ojos que la hicieron temblar anteriormente, pero esta vez sin abrigo, solo con su bolso en su mano y con aquellos pasos que te hacen creer que de tener una pared en frente ella le sedería el paso para no tener que enfrentarle, luego de congelarse y enmudecerse de miedo nuevamente subió sus escaleras tan rápido pudo.  Sintiendo frio, un frio que solo le producía agrandaba su miedo.

Al llegar a la puerta de lo que sentía en ese momento como el lugar más seguro del mundo no dudo en darle unos fuerte golpes llenos de histeria y manos temblorosas al marco de la puerta para que cállese una llave con la que entro sin siquiera terminar de abrir la puerta. Al entrar con toda la estructura de su cuerpo goteando, mojado, tembloroso, y con un susto infinito intento sostener el teléfono pero tan pronto lo coloco en su oído escucho pasos y vio bajo la puerta la sombra de alguien, volviendo a congelar soltó el teléfono y se escondió en el primer rincón que encontró, allí estaba resguardada visualmente por el sofá y por las cortinas, y mientras pensaba en que en unos minut……… 

Se escuchó como rebuscaban en lo que parecía ser su bolso lanzando así lo que cualquiera hubiese llamado ‘’su último aliento’’, e incluso sin tener más aire en los pulmones exhalo mas fuerte aun al escuchar llaves, las posible llaves de su apartamento en manos de aquel sujeto, aquel sujeto que incluso sin haberla tocado ya había violado su mente y tomado todo lo que había allí excepto el miedo y el terror que era todo lo que quedaba y luego de escuchar varias llaves intentar abrir la puerta quedo prácticamente sorda de miedo y solo vio la luz expandirse hasta que vio los pies, ya que solo eso le permitía la cortina, los pies de aquel sujeto, el cual parecía conocer todo el lugar y solo la buscaba como si fuese ella el intruso, pero al darse cuenta de que caminaba en círculos y que en uno de sus pasos apunto hacia ella exhalo fuerte nuevamente y con miedo, lo cual la delato.

El giro y apunto sus pies hacia ella y luego de quedarse parado y apuntándole con los pies, ella comenzó a creer en una diminuta parte de su ser que él no sabía dónde estaba, pero como ya se mencionó, solo en una diminuta parte, ya que el resto solo moría mas con cada segundo con el que él no hacía nada, ella solo sentía su mirada quemándole como mil soles, incluso con su ropa y pelo mojados, incluso por la cortina, incluso por el sofá, se sentía como el umbral físico se rompía solo para dejarle mirar. 

Hasta que retrocedió y coloco el bolso sobre la mesa, coloco el teléfono que anteriormente se había caído al suelo y luego de escucharse el romper de una hoja y el trazado de unas cuantas líneas la figura se alejó hasta perderse en la sombra que creo la puerta al cerrarse, seguido del sonido de los pasos alejándose y con cada paso ella solo sentía como se encendía cada uno de sus sentidos cada vez más, hasta que tuvo fuerzas para levantarse y acercarse a la mesa, donde ya hacia el bolso mojado, el teléfono, y el papel, aquel papel que se convertía en una nota con cada paso, al tomarlo y abrirlo con la delicadeza que se le da a una bomba vio en su interior y luego de leer aquella palabras y no entender el mensaje que daban se desplomo en el piso y allí permaneció sentada.

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